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Vía Verde del Aceite: Córdoba a golpe de pedal

El Parque Natural de las Sierras Subbéticas y los olivares como escenario.
La Vía Verde del Aceite es un pedacito de paraíso que nos atrapa y conmueve, que nos regala amaneceres y puestas de sol que tiñen el cielo de colores impensables, en plena naturaleza y en medio de un silencio roto sólo por el viento y eltrino de los pájaros. La Vía nos aporta dinamismo, diversión y alegría en los pueblos y estaciones del entorno, donde sus gentes nos acogen con calidez y nos hacen sentir como en casa.

La Vía Verde del Aceite nos invita a recorrer rincones mágicos de Andalucía, en un itinerario de 128 km que une Puente Genil (Córdoba) con Jaén capital. Presentamos en este artículo únicamente el tramo de la Vía Verde del Aceite que discurre por la provincia de Córdoba, con una longitud de 73 km. Una ruta de sorprendente facilidad y accesibilidad, porque aprovecha el trazado de un antiguo ferrocarril, por donde seguiremos las huellas del Tren del Aceite.
Espléndidos viaductos metálicos y algún túnel, trincheras y terraplenes que nos legó la ingeniería ferroviaria del siglo XIX, nos permiten hoy surcar sin apenas dificultad un paisaje rico y diverso. Viejas estaciones recuperadas del abandono nos aguardan convertidas en bulliciosos restaurantes llenos de vida, donde nuevos viajeros acuden equipados con botas y mochilas, con bicicletas y alforjas, con carritos infantiles y con sillas de ruedas.
La descripción de la ruta recogida en estas páginas hace referencia a los hitos kilométricos instalados en la propia Vía Verde, de ahí que el tramo cordobés discurra entre el km 55,1 y el km 120. La longitud total es de 73,4 km, sumando los 65,5 km del trazado principal más un ramal de 7,9 km, que distribuimos en 5 tramos.

TRAMO 1: Del viaducto del Guadajoz a la estación de LUQUE (10,1 Km)
Nos sorprenderá en el kilómetro 55,1 (0 de nuestro tramo de la Vía Verde que discurre por la provincia de Córdoba) con uno de los hitos más bellos de todo el recorrido: un viaducto metálico –de 207 metros de longitud y 50 metros de altura– que conecta la provincia de Córdoba con la de Jaén, volando sobre las mansas aguas del río Guadajoz.
El trazado sinuoso de la Vía Verde nos adentra en un mar de olivos por el que navegaremos durante gran parte de nuestro recorrido, alternando trincheras con espacios abiertos, orlado por una alfombra de flores multicolores en primavera. De los frutos de este bosque ordenado se extrae el preciado oro líquido que dio nombre al Tren del Aceite, así llamado porque transportaba sobre todo aceite a granel, y algunos minerales y caldos locales desde Linares, Jaén y algunos pueblos cordobeses, hasta Puente Genil y el puerto de Málaga. En el kilómetro 59 un nuevo hito nos espera, la Laguna del Salobral, declarada Reserva Natural y Zona Especial para la protección de las Aves. Existe un pequeño mirador que facilita el avistamiento sin perturbar la sosegada vida de las anátidas. En el entorno de la Laguna de Salobral la Vía Verde se cruza con el Camino Mozárabe a Santiago.
Tras unos 3 kilómetros de ascenso llegaremos al pueblo de Luque, que vislumbramos presidido por la silueta de su castillo nazarí. Llegaremos en seguida a la estación de Luque (km 65), la primera del tramo cordobés de la Vía Verde del Aceite, que nos sorprenderá con una inagotable suerte de servicios turísticos y productos de la gastronomía y la artesanía local. Raro será que no sucumbamos a degustar un flamenquín, un rabo de toro o una crema catalana casera o, al menos, a tomar un refrescante zumo de las sabrosas naranjas de la cercana vega del Guadalquivir.
Si nos animamos a subir al pueblo, podemos visitar el recinto de su castillo nazarí y la Cueva de la Encantada, donde se reproducen pinturas rupestres halladas en casas de Luque y que resultan difícil de visitar en su ubicación original.

La Vía Verde en primavera

TRAMO 2: De la estación de LUQUE a ZUHEROS (7,0 Km) y ramal a BAENA (7.9 Km)
Saliendo del recinto de la estación de Luque, nos adentraremos por un antiguo ramal ferroviario con la cercana villa de Baena. Esta localidad presta su nombre a la “Denominación de Origen Baena”, que acoge la producción oleícola de varios municipios atravesados por la Vía Verde.
Navegando de nuevo por el infinito mar de olivos, llegaremos al camino de servicio de la N‐432, variante que nos permite salvar una interrupción del antiguo trazado ferroviario. En la zona alta, ya en el km 3 del ramal, nos aguardan los bancos de un mirador donde compensa recrearnos con la silueta del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.
Una vez hayamos retornado a la Vía Verde en la estación de Luque, en seguida ante nuestros ojos empieza a dibujarse la estampa de Zuheros –declarado uno de los pueblos más bonitos de España–, pueblo chiquito y coqueto, con sus casas encaladas apretadas en torno al castillo, al borde de un barranco, donde podremos degustar y comprar exquisitos quesos de cabra y oveja, otro de los productos estrella de la zona. Poco después, nos aguarda el espléndido viaducto de Zuheros (km 72), con su singular disposición en curva.
A continuación ascenderemos al pueblo de Zuheros donde será buena idea dedicarnos a recorrer los senderos del escarpado Barranco del Bailón sobre el que se asoma el pueblo, amén de visitar su Cueva de los Murciélagos, declarada Monumento Natural y Bien de Interés Cultural, la Cueva constituye un referente europeo para estudiar el período del Neolítico. Atesora restos humanos, cerámica y pinturas rupestres, además de unas formaciones kársticas de gran belleza. Se han hallado vestigios humanos del Paleolítico Medio (hace unos 35.000 años) correspondientes al Hombre de Neanderthal.
Y, camino de la Cueva, vamos a encontrar “Iberfauna”, una reserva de fauna ibérica que hará las delicias de los más pequeños.
De nuevo en la Vía Verde, al poco, hallamos “Hacienda Minerva” (km 73,2), una magnífica cortijada rehabilitada con el sabor de lo tradicional.

Vista panorámica de Zuheros.

TRAMO 3: De ZUHEROS a CABRA (15,9 Km)
Un paso inferior bajo la carretera CO‐6203, que conduce a Zuheros, nos anuncia la llegada a la estación de Doña Mencía (km 75), con su edificio de viajeros reconvertido y una nave habilitada como Centro Cicloturista Subbética. Este es un lugar muy frecuentado al tener una posición céntrica respecto al conjunto de la Vía y ofrecer diferentes servicios: aparcamiento para autocaravanas, alquiler de bicis, adquirir el servicio que nos lleve en vehículo a nuestro punto de inicio de la Vía… además es punto de partida para correr en plena naturaleza.
Tras la estación nos adentramos en el sinuoso callejero de Doña Mencía. Podemos conocer esta villa siguiendo la “ruta valeriana”, y recalar en su Museo Histórico, o participar en alguna bodega en una cata de sus caldos, acogidos bajo la denominación de origen Montilla‐Moriles.
En nuestro deambular por el casco histórico, entre casas encaladas y caserones señoriales, nos toparemos con su Castillo. Se puede recorrer el interior de esta fortaleza del siglo XV y subir a la Torre del Homenaje, un magnífico mirador sobre las Sierras Subbéticas.
A un par de kilómetros, pasaremos junto a una más de las numerosas casillas ferroviarias que jalonan nuestro antiguo camino de hierro, en esta ocasión rehabilitada y encalada, junto a un área de descanso, que nos ofrece una espléndida vista panorámica de Doña Mencía. Por aquí, el ferrocarril se abrió camino a través de profundas trincheras, algunos viaductos e incluso un túnel, el único de esta Vía Verde, el del Plantío (km 81), con 139 metros de longitud, y que cuenta con suficiente luz natural para recorrerlo con seguridad.
Seguimos rodeados por el tapiz de olivos que define a esta Vía Verde, pero progresivamente van dejando más espacio libre a una vegetación mediterránea más rica y diversa, con encinas, algarrobos y majuelos de blancas flores y rojos frutos, que alegran el paisaje. A un par de kilómetros nos topamos con el viaducto de la Sima, una magnífica estructura metálica de 132 metros que vuela sobre el arroyo del Fresno.
A tan sólo un kilómetro, pasaremos por encima de la carretera CO‐ 6211 mediante otro viaducto más modesto, de sólo 25 metros, pero de nombre bien curioso, “Los dientes de la Vieja”. Proseguimos durante varios kilómetros más nuestro suave descenso hacia la localidad de Cabra por este paisaje impresionante, donde la Vía Verde delimita el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, catalogado por la Unesco como Geoparque por sus impresionantes formaciones geológicas. El Geoparque incluye los municipios de Cabra, Rute, Carcabuey, Priego de Córdoba, Luque, Iznájar, Zuheros y Doña Mencía.
Entraremos a Cabra desde su zona alta, sirviendo la Vía Verde de otero privilegiado sobre el entramado de sus calles, salpicadas de valiosas joyas patrimoniales. Pasamos junto al hospital y el paraje de la Fuente del Río, un oasis de arbolado y saltos de agua donde nace el Río Cabra.

TRAMO 4: De CABRA a LUCENA (11,5 Km)
Continuamos la ruta entre una vegetación mediterránea más naturalizada, entre profundas trincheras y terraplenes y llegaremos al viaducto del Alamedal (km 93), con sus 70 metros de longitud.
Conforme nos vamos acercando a Lucena, constatamos que la hegemonía del olivar en el territorio es un hecho irrefutable: más del 76% del término municipal de Lucena está ocupado por ese árbol, milenario y retorcido. Salvaremos algunos cruces con carreteras antes de llegar a la amplia explanada de la antigua estación (km 99), donde el edificio de viajeros, convertido en el Centro de Ocio y Turismo “La Estación”, alberga en su interior una exposición sobre las artesanías lucentinas (orfebrería, alfarería, madera, aceite, vino…) y las tradiciones locales. Acoge la exposición de vehículos clásicos del Museo de la Automoción sin olvidar el Museo del Mueble, en cuyo interior se halla la silla más grande del mundo, de madera maciza y con 26 metros de altura (equivalente a un edificio de 8 plantas).
Lucena atesora los vestigios de su historia ecléctica, crisol de las culturas cristiana, judía y árabe. La “perla de Sefarad”, como se la conocía, tuvo un gran protagonismo en la etapa musulmana, siendo el principal núcleo de población judía de Al‐Ándalus y estuvo exclusivamente habitada por judíos entre los siglos IX y XII.
Entre las joyas monumentales de Lucena destaca la Parroquia de San Mateo, considerada la catedral de la Subbética cordobesa, y que antes fue sinagoga y mezquita, donde su Capilla del Sagrario brilla como una de las mejores obras del barroco andaluz. Esta es sólo una del sinfín de bellas iglesias que salpican el callejero de Lucena. Si tenemos oportunidad de aparecer por aquí en primavera, es muy probable que coincidamos con las diversas celebraciones y romerías en torno a la venerada imagen de la Virgen de Araceli.
En pleno centro está el Castillo del Moral, que alberga el Museo arqueológico y etnológico, y cuya torre del homenaje pudo ser la celda del último rey de Granada, Boabdil, apresado en la batalla de Lucena en 1483. Lucena nos depara sorpresas, incluso, en sus entrañas: la Sima y Cueva del Ángel constituyen un yacimiento donde se han confirmado asentamientos humanos de hace medio millón de años.

TRAMO 5: De LUCENA a PUENTE GENIL (21,0 Km)
Proseguimos nuestro periplo por la Vía Verde, enfilando hacia la pedanía lucentina de Las Navas del Selpillar. Reencontramos en este último tramo el sempiterno paisaje de olivar, ahora en un relieve suave de campiña, combinado con viñas y salpicado por algunas encinas y frutales como higueras y membrillos en las huertas cercanas.
Al poco de salvar el cruce con la carretera A-3132, que da acceso a la aldea de Las Navas del Selpillar, y también al pueblo de Moriles, se encuentra la antigua estación de Moriles-Horcajo, que alberga el Centro Enogastronómico de la Ruta del Vino Montilla-Moriles (km 108).
En este tramo de la Vía Verde atravesaremos los municipios de Moriles, Aguilar de la Frontera y Puente Genil (a 2,5 y 13 km de Las Navas del Selpillar, respectivamente), podemos tomar la carretera A-3132 a Moriles, que nos conducirá también hacia las Lagunas del Rincón y de Zóñar, si somos aficionados a la ornitología.
La Vía Verde atraviesa la zona de producción de los vinos con Denominación de Origen Montilla-Moriles, a la que se acogen los caldos de Puente Genil, Aguilar de la Frontera, Moriles, Lucena, Cabra, Doña Mencía y Baena.
El oro líquido, el oro verde, como se conoce al aceite, tiene también una cuna ilustre en el entorno de esta Vía Verde, algunos de cuyos municipios se acogen a la Denominación de Origen Baena: Luque, Zuheros, Doña Mencía, Cabra y Baena.
En el joven pueblo de Moriles (data de 1912), se percibe, por primera vez en nuestro viaje por la Vía Verde, la hegemonía de la vid sobre el olivo. El moderno Centro de la Cultura del Vino se ha convertido en el epicentro del enoturismo en Moriles, organizando las visitas y catas que se realizan en muchos lagares y bodegas.
Si deseamos visitar Aguilar de la Frontera desde Moriles, tenemos que pedalear otros 8 km por carretera, extremando la precaución. Si queremos alargarnos hasta la Laguna de Zóñar, nos quedan aún otros 3 km más hasta su Centro de Visitantes.
En Aguilar de la Frontera no podemos perdernos su curiosa plaza de planta octogonal de estilo neoclásico y la barroca Torre del Reloj, con su colorido juego de ladrillos y azulejos. Selpillar describe la Ruta de los Lagares de Moriles, cuyo recorrido (de 10,7 km) podremos iniciar la marcha, a 4 km de la estación (km 112), junto a un área de descanso equipada con bancos, mesas y aparcabicis. En este punto abandonamos la comarca de la Subbética para adentrarnos en la comarca de la Campiña Sur de Córdoba.
Daremos nuestros últimos pasos o pedaladas siguiendo la huella del Tren del Aceite entre blancas tierras salpicadas de verdes vides y olivos, y de algunos cortijos y bodegas. Al poco, sobrevolaremos nuevamente la A-318 por una estilizada pasarela de color rojo, punto elevado de observación sobre la campiña, con la Sierra del Castillo al fondo, coronada por la Torre del Castillo de Anzur. Unos 3 km más adelante, salvaremos mediante un amplio vado el arroyo de Navaluenga.
Un par de kilómetros después, alcanzaremos el final de la Vía Verde en el entorno de la estación de Campo Real (km 120). Estamos a las afueras de Puente Genil, de cuyo casco urbano nos separan unos 6 km. En esta estación se encontraban las vías del Ferrocarril Linares-Puente Genil (nuestra Vía Verde) con la línea férrea que une Córdoba y Málaga.
Finalizado aquí el trazado de la Vía Verde, si disponemos de tiempo para visitar Puente Genil, la segunda ciudad más populosa de la Vía Verde, podemos seguir un itinerario señalizado de 6 km, que combina caminos y algún tramo menor de carretera. Un panel informativo colocado en el final de la Vía Verde nos informa, con un mapa muy detallado, sobre las distancias, tipo de firme y perfil altimétrico de este recorrido.
El Puente sobre el río Genil, el monumento más emblemático del pueblo y que le da nombre permite unir los dos cascos históricos del pueblo, un callejero salpicado de valiosas muestras del patrimonio religioso y civil, entre ellas la Casa de la Mayordomía, que cuenta con la fachada labrada en piedra más bella del pueblo. En el casco histórico, los tres edificios más notables son la Ermita del Dulce Nombre, el Teatro Circo, que debe su nombre a los espectáculos variopintos que se organizaban en su interior, y la sede de la fábrica de electricidad La Aurora.
Cabe destacar que, a partir de 1889, Puente Genil fue el segundo municipio de España (después de Barcelona) que contó con alumbrado eléctrico, aprovechando la fuerza del caudal del Genil, como se rememora hoy día en el Complejo Industrial La Alianza.
En la Muestra Permanente de la Semana Santa se aprecia la gran relevancia que adquiere esta fiesta para Puente Genil, muy apreciada por la vistosidad artística de su imaginería, y, especialmente, por la curiosa singularidad de contar en sus pasos con más de 400 figuras representando a personajes bíblicos, junto a las imágenes clásicas de la Pasión.

La Vía Verde del Aceite no es sino el pretexto para que el viajero se adentre, a su ritmo, por el sur de la provincia de Córdoba y se deje seducir por el encanto de sus pueblos, la hospitalidad de sus gentes y las delicias gastronómicas de estas tierras fértiles. Historia, monumentos naturales y culturales, paisajes y tradiciones que la Vía Verde nos hará conocer y hacer nuestros, dejándonos el deseo de volver, antes incluso de habernos ido.

PARA MÁS INFORMACIÓN: https://www.cordobaturismo.es/

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