Nos adentramos en la provincia de Valladolid para conocer dos de las rutas más recomendables que forman parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos: la Ruta de la Cañada real y la Senda de los Almendros. Recorridos únicos para hacer tanto en bicicleta como a pie, y que nos invitan a descubrir, con calma, algunos de los parajes más encantadores de Castilla y León
Aunque hay muchas maneras de conocer un lugar, pocas nos ponen en contacto con su esencia de manera tan directa como recorrerlo a pie o en bicicleta.
La provincia de Valladolid posee lugares perfectos para una inmersión en la naturaleza. Y entre ellos, pocos tan apropiadas como las dos rutas que forman parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos: la Ruta de la Cañada Real y la Senda de los Almendros. Ambas, garantía de una experiencia inolvidable.
Ruta de la Cañada Real
Con una longitud total de 33 kilómetros, aunque con la posibilidad de hacerla razonablemente más corta (19 km), la Ruta de la Cañada Real es una de las preferidas por ciclistas y senderistas de toda España. Con un recorrido circular que arranca y termina en la localidad de Pollos, a orillas del río Duero, la ruta recorre la Reserva Natural Riberas de Castronuño – Vega del Duero. Lo hace a través de un paisaje que cambia progresivamente, casi a cada paso: bosques de ribera, campos de cultivo, encinares, viñas, pinares o carrizal desfilan ante el senderista o el cicloturista, brindándole la posibilidad de avistar infinidad de especies de aves asociadas al agua. De la garza real al aguilucho lagunero, pasando por los abejarucos o el cormorán.
La Ruta de la Cañada Real discurre a lo largo de la vega del Duero ofreciendo en todo momento unas vistas excepcionales, con el encinar de Cubillas como telón de fondo. Entre medias, toda una serie de puntos de interés como el Arroyo de Valdecabra, el de Trabancos o el Prado de la Alegría. Un recorrido apto para prácticamente cualquier persona, pues su dificultad es media-baja (cuenta con un desnivel de 150 metros), y que bien merece una última parada en la propia localidad de Pollos, de apenas 730 habitantes y en la que brilla con luz propia la Iglesia de San Nicolás de Bari, de estilo barroco y levantada a principios del siglo XVIII.
Senda de los Almendros
Por su parte, y no menos recomendable, la Senda de los Almendros es otra opción perfecta. Especialmente para quienes disponen de menos tiempo y buscan una ruta un poco más corta y asequible. Su longitud total es de apenas 3,4 kilómetros, mientras que su desnivel es sustancialmente inferior al de la Ruta de la Cañada Real: apenas 50 metros. Un agradable paseo a orillas del Duero que permite al senderista o ciclista conocer muchos de los paisajes y ecosistemas presentes en este espacio natural.
La Senda de los Almendros da comienzo en el precioso mirador de La Muela, desde donde se observa la orilla contraria, con el imponente carrizal y las manchas de encinar de fondo. Continúa después recorriendo la antigua “senda de los pescadores”, que discurre entre la nutrida vegetación de ribera, para acabar abandonando el frescor del agua y ascender a las laderas de secano, en las que el ambiente cambia de manera radical: allí mandan los tomillos, las encinas, los almendros y los cultivos de secano. La panorámica se abre entre la presa de San José, el Valle del arroyo Mucientes y las suaves lomas cultivadas. Una vez arriba se interna por un frondoso pinar, para asomarse al morro del embalse, permitiendo contemplar toda la reserva y sus alrededores.
Al igual que en el caso de la Ruta de la Cañada Real, el recorrido por la Senda de los Almendros permite observar las numerosas aves acuáticas que anidan en la zona, convirtiendo el paseo en una experiencia inolvidable y un destino obligados para quienes disfrutan del conocido como “birdwatching”. Y tras deleitar la vista y para terminar por todo lo alto, un final de excepción: Castronuño. La localidad, conocida como la Gran Florida del Duero, es un enclave sencillamente mágico. Y un rincón que, como toda la provincia, bien merece una visita reposada. Porque al final, las cosas que se hacen despacio se disfrutan de otra manera.
PARA MÁS INFO:
www.diputaciondevalladolid.es