Con la llegada del otoño y sus primeras lluvias muchos bosques españoles se llenan de setas esperando a ser recogidas. El micoturismo atrae cada año a más personas, esta es una gran oportunidad para combinar gastronomía y turismo rural en la naturaleza. Una actividad de fin de semana para disfrutar en familia y con amigos, un buen momento para respirar aire puro, dar un paseo por senderos que se internan en los bosques y, por supuesto, sentarse a la mesa y disfrutar de un manjar que han cogido y preparado con sus propias manos.
Desde AireLibre os recomendamos que, antes de lanzarse al bosque con tu cesta preparada, os informéis bien de los sitios a los que podéis ir, ya que en algunos lugares se necesitan permisos especiales. Y además, debes informarte de las condiciones de recogida de hongos que están vigentes en cada lugar.
Andalucía
En Andalucía encontramos varios enclaves propicios para la recolección de setas pero destacan por su importancia el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y las Villas en Jaén, que ofrece a los buscadores de hongos un buen número de distintas especies, destacando los níscalos, cardos cucos, las cagarrias, las setas de chopo o las barbudas; el Parque Natural de las Sierras Subbéticas en Córdoba, el parque micológico más importante de España y de Europa, además en Zagrilla, aldea de Priego de Córdoba, encontramos el primer jardín micológico europeo, donde se puede encontrar una gran cantidad de trufas; en Málaga se encuentra el Parque Natural Sierra de las Nieves, donde existen más de 400 especies diferentes de hongos y setas; y la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche en Huelva, allí encontrarás más de 500 especies de setas, como Boletus aereus, rebozuelos o trompetas de los muertos, entre otras.
Aragón
El Valle de Hecho en Huesca, permite a los amantes de la micología la recolección de setas prácticamente durante todo el año. Es el ambiente idóneo para la existencia de numerosas especies de setas. En primavera los hongos más abundantes son los usones y las setas de prado, en verano son frecuentes las seps, mientras que en otoño las especies que se pueden recoger son los rebichuelos, las setas de pino y los fongos.
Los mejores lugares para encontrar ejemplares son el valle de Aragüés de Puerto, la zona de Gabardito, el valle del Hospital y la Selva de Oza.
Asturias
Su clima permite recoger setas comestibles casi en cualquier época del año, por eso es uno de los paraísos micológicos más importantes de nuestro país. Destacan especialmente las zonas de Mieres y Cangas de Narcea que son ricas en níscalos, boletus y cantharellus, pero también hay que tener cuidado con especies venenosas como las lepiotas.
Otra zona de interés es el bosque de Muniellos que se encuentra dentro del Parque Natural de las Fuentes de Narcea y de Ibias, y goza del reconocimiento de Reserva de la Biosfera. Aquí se encuentra la mayor diversidad biológica de la cordillera Cantábrica, pues se han llegado a contabilizar hasta 400 especies de setas.
Castilla y León
Un destino estrella para practicar esta afición, en sus provincias encontrarás sitios y localidades versadas en turismo micológico. Zamora es buen ejemplo de ello. En el municipio de Rabanales, puedes recorrer estupendos senderos y acudir al Centro de Interpretación de las Especies Micológicas de Rabanales, donde ofrecen salidas al campo guiadas para coger níscalos, boletus y rúsulas, entre otras. De igual modo sucede en Navaleno, en Soria, es uno de los lugares más propicios de Castilla y León para recoger setas. La razón la tienen su espesos bosques de pino negro en cuyos alrededores se han llegado a contabilizar más de 150 especies de hongos diferentes como Boletus
edulis, pie azul, Amanita caesarea, marzuelos, etc. También cuenta con el Centro Micológico de Navaleno que ofrece rutas por los pinares del entorno para buscar setas.
Cataluña
Cataluña es una de las Comunidades Autónomas con más tradición micológica. En la provincia de Barcelona los bosques del Pla de Puigventós, en la comarca de Berguedá, son un buen destino para los amantes de las setas, allí encontrarás los famosos rovellons (nízcalos) que acompañan los sabrosos y contundentes platos y guisados otoñales. También el Parque Natural de Montseny donde predominan mayormente los hayedos, los castaños y las encinas, entre los que se encuentran algunas especies de setas como níscalos, trompeta o negrilla. En Lleida es recomendable hacer un recorrido por La Alta Ribagorça, muy cerca del Valle de Arán, que presume de ser también un enclave idílico para las setas gracias a su alta biodiversidad.
Extremadura
Una de las zonas más hermosas de la provincia extremeña de Cáceres es el Valle del Ambroz. El otoño nos trae un gran espectáculo en forma de bosques de castaños que cambian sus hojas a unos tonos rojizos y anaranjados. De ellos obtendremos las sabrosas castañas y, por si fuera poco, sus bosques nos regalan uno de los manjares del otoño: las setas. Algunas de ellas son los níscalos, los boletus aereus y la amanita cesárea, entre otras.
Es cierto que en Extremadura hay otro lugar que quizá tenga mayor densidad de setas, este es La Vera, pero el colorido del Valle del Ambroz hace que, si amas la naturaleza, te decantes por este lugar.
Galicia
Uno de los sitios más típicos de Galicia, en los que cada otoño sus bosques reciben a los aficionados a la micología con sus cestos en la mano, se encuentra en el norte de la provincia de A Coruña. Serra da Capelada, en el municipio de Cedeira y en el entorno del hermoso y pintoresco pueblo de San Andrés de Teixido, se ha convertido en una zona de interés para los micólogos ya que la sierra de A Capelada tiene un sustrato ultrabásico y una climatología muy propicios para el crecimiento de especies singulares, tanto en materia de hongos como de otro tipo de plantas Abundan en sus pinares los revellones y los boletos, así como la Entoloma cedeirense.
Esta zona de las Rías Altas es espectacular, donde confluyen los paisajes de montaña en plena costa, junto con los espectaculares acantilados que se suceden hasta Ortigueira, en uno de los rincones imprescindibles de la tierra gallega.
Madrid
En la Sierra madrileña también se puede encontrar una gran variedad de setas y hongos. Es especialmente prolífica en Boletus edulis y Boletus pinophilus o pinícola. Pero hay más especies: los níscalos, que fructifican en los pinares; los parasoles, en las zonas de jara; y los champiñones, en las praderas.
La zona norte es un lugar ideal para la micología donde destacan las praderas y bosques del Valle del Lozoya que es famoso por sus boletus, níscalos y setas de cardo, así como en Rascafría, donde entre sus rocas y árboles cada otoño las setas llegan puntuales a su cita.
Navarra
Las 6.000 hectáreas que componen el Parque Micológico de Ultzama constituye un paraíso para los amantes de las setas. En sus montes, dominados por robledales, castañedos y hayedos, se pueden hallar infinidad de variedades: rebozuelos, carboneras, trompetas, Boletus edulis, Amanita caesarea, perretxikos, pardillas… Dicho parque también organiza talleres de formación para aprender a coger las setas correctamente y rutas en las que puedes recolectar ejemplares a través de un mapa detallado.
Además la comunidad foral destaca para los amantes de la micología por la ruta de Unzúe, de 11 kilómetros de recorrido y gran variedad de especies, algunas de ellas son el rebozuelo amarillento, el hongo royo o la seta de pino.
País Vasco
Entre los destinos del País Vasco a los que puedes acudir para la recolección de setas se encuentra el Parque Natural de Gorbeia, este parque que se extiende entre Álava y Bizkaia es uno de los paraísos seteros para los vascos. En sus bosques de hayas y robles se recogen gran cantidad de hongos. Destaca sobre los demás el hayedo de Altube, el hayedo de mayor tamaño de Europa, donde aseguran que abundan los sabrosos boletus edulis.
Otros destinos para salir a recoger setas son el Parque Natural de Urkiola y Parque Natural de Parque Natural de Peñas de Aia, en la provincia de Guipúzcoa.