La Ruta Vicentina atesora la riqueza de una naturaleza intacta preservada por sus habitantes que lleva a descubrir la cultura rural viva y la costa salvaje portuguesa.
La Ruta Vicentina –llamada así por finalizar (o comenzar) en el Cabo de San Vicente– está formada por un conjunto de rutas a lo largo de la costa suroeste de Portugal, en la región del Alentejo, que hoy suma cerca de 400 kilómetros, señalizados entre Santiago do Cacém y el Cabo de San Vicente.
El Alentejo es una región esencialmente rural y escasamente poblada, ocupa prácticamente un tercio del territorio luso y destaca por la belleza de sus paisajes y la calidad de su patrimonio arqueológico, monumental, arquitectónico y cultural.
La Ruta Vicentina está formada por dos recorridos principales: el Camino Histórico y Trilho dos Pescadores –sendero de pescadores–, y ocho recorridos circulares. La Ruta Vicentina propone una experiencia única de los dos mundos testigos de la esencia del suroeste de Portugal: la cultura rural viva del interior y la costa salvaje del parque natural del suroeste Alentejano y la costa Vicentina.
El océano –entre las escarpas recortadas– es el gran protagonista. Se trata de una de las zonas costeras más bellas y mejor conservadas de Europa.
CAMINO HISTÓRICO
El Camino Histórico con 230 km, es el recorrido más largo y sale de Santiago do Cacém hasta el cabo de San Vicente. Es un itinerario rural, compuesto por 12 etapas de unos 20 kilómetros cada una. Recorre las principales villas y aldeas en un itinerario rural con varios siglos de historia para asomarse a ese Portugal de interior agrícola. Constituido mayoritariamente por caminos rurales, está homologada como sendero de Gran Recorrido (GR) y se puede recorrer a pie o en BTT, con tramos de sierra, valles, ríos, ribeiras, azuladas montañas se alternan con bosques de alcornoques centenarios, donde se puede observar la extracción del corcho en sus troncos desnudos, en un viaje por el tiempo, por la cultura local y por los senderos de naturaleza.
SENDERO DE LOS PESCADORES
El “Sendero de los Pescadores” (Trilho dos Pescadores) transcurre siempre junto al mar por caminos de acceso a playas y embarcaciones, a lo largo de 120 km, entre Porto Covo y Odeceixe. Es un recorrido exclusivamente pedestre, y físicamente exigente –discurre sobre arena–, que se divide en cuatro etapas y cinco recorridos complementarios.
Trascurre a lo largo de los extensos arenales de las playas de Ilha do Pessegueiro, Aivados y Malhão con espectaculares pequeñas ensenadas desiertas, que darán paso a Ilha do Pesegueiroa donde un mar furioso, color zafiro, golpea los acantilados abruptos, en los que las gaviotas luchan contra los vaivenes de la brisa. El sendero sigue dirección sur, hasta el Cabo de San Vicente entre bosques de alcornoques, campos de trigos, pueblos pintados de blanco y azul en un paisaje agreste y salvaje.
Una observación más minuciosa requiere algún tiempo adicional, pero ofrece oportunidades poco habituales, como avistar nutrias, que casi nunca se encuentran en entornos marinos, o ver las cigüeñas que nidifican en las escarpas costeras, un caso único en el mundo.
RECORRIDOS CIRCULARES
Por su parte los recorridos circulares, comienzan y finalizan en el mismo punto complementan y enriquecen los principales (Camino Histórico y Sendero de los Pescadores), suman cerca de 90 km y se encuentran localizados en Almograve, São Luís, Troviscais, Santa Clara, Sabóia, Bordeira y Carrapateira.
Permiten descubrir rincones bellos y singulares como Pego das Prías, en el tramo de San Luis a Odemira. Una sencilla caminata hasta un idílico lago en el que chapotean patos salvajes y un cañón de piedra que se refleja en la serena superficie del río Mira. Acceder a playas tranquilas como la fluvial del embalse de Santa Clara, rodeada de un bosque de madroños. Recorrer el encantador pueblito de Santa Clara con su iglesia darse un sosegado paseo por el río. Dejarse invadir por el casco urbano peatonal de Vila Nova de Milfontes con sus pequeños comercios y casitas con macetas, una gran fortaleza vigila el estuario del río Mira.
Además, aguardan en las diferentes rutas pequeños puertos de pesca artesanal, dunas rojizas, las flores del campo, el aroma de la hierba con el frescor de la mañana o el colorido de las mariposa…
En cada una de las etapas hay alojamientos, preparados para acoger a los senderistas y lugares donde degustar la deliciosa gastronomía de la región, en la que destaca el marisco, el pescado fresco y la sabrosa cocina del Alentejo.
Toda esta magnitud de riqueza para el senderista ha hecho a la Ruta Vicentina ser una de las 12 rutas reconocida con el ‘Leading Quality Trails – Best of Europe’, atribuido por la ERA (European Ramblers Association), la máxima entidad a nivel europeo en la organización de las rutas a pie.
Este reducto de la naturaleza intacto del Alentejo es un privilegiado destino de senderismo y de turismo de naturaleza en el que vivir una experiencia total de inmersión con los cinco sentidos.
PARA MÁS INFORMACIÓN: https://www.visitalentejo.pt/es/