Los territorios de O Ribeiro y o Carballiño poseen un montón de misterios y secretos que conforman uno de los tesoros mejor guardado por los gallegos. Y que a través de estas páginas desvelamos.
Acompáñanos a través de estos Senderos por el país de los ríos.
La lejana costa
¿Empezamos? La imagen de Galicia es rural. Indudable. Sin embargo, si un habitante de la península piensa en Galicia, imagina su franja costera, un territorio que dista bastante de la ruralidad, con una interminable sucesión de pueblos y ciudades marineras conectadas por la AP-9.
Nosotros representamos la Galicia interior. Un escenario absolutamente diferente que no tiene nada que ver con la costa.
¿Seguro? Pues está a tan solo 50 km en línea recta. ¿Sorprendido? Pues precisamente esa es una de las claves para la calidad de nuestros vinos blancos.
Los blancos son mucho más delicados que los tintos, requieren de unas condiciones muy particulares. Como las nuestras: un clima mucho más extremo que el de la Galicia costera, pero un clima gallego al fin y al cabo. Puede hacer mucho calor, puede hacer mucho frío, pero por algún misterioso motivo algo suaviza el ambiente (decimos misterioso porque siempre lo denominamos “mágico” cuando nos referimos a nuestra tierra. ¡Otro secreto desvelado!). Será la suavidad de nuestros montes y el efecto regulador de tantos ríos. Por cierto: ríos caudalosos (¿no habíamos quedado en que en Ourense no llovía? Pues aquí tienes. Sigue apuntando otro secreto). Paseando por nuestra tierra vas a encontrar una vegetación que asimila la lluvia y sobre todo las hermosas nieblas de nuestros amaneceres. Si triunfó el slogan de que en Compostela la lluvia es arte, aquí deberíamos hacer algo similar con las nieblas de nuestros ríos. Una belleza escurridiza que estimula la imaginación. La niebla es el aroma de nuestra tierra.
Tierra de vinos
Pues sí, esta es tierra de vinos. No es una novedad. Es tierra de vinos desde que los romanos descubrieron que además del oro sólido, aquí podían hallar un oro líquido no tan valioso, pero que les podía hacer pasar muy buenos ratos.
Sin irnos tantos siglos atrás, también podemos recordar que la denominación de origen del Ribeiro es la segunda más antigua de España. Sí, has leído bien, la segunda. Y, por cierto, se encuentra en un momento extraordinario. Llegaron nuevos productores, con nuevas ideas, se recuperaron las viejas cepas de treixadura, de albariño, de loureiro, de godello, de dona branca… y el ribeiro vuelve a encontrarse al inicio de otra nueva época dorada. ¡Qué palabra tan acertada en este caso!
Pasear entre las plantaciones es una auténtica delicia. Verlas reflejadas en el Avia, en el Miño o en el Arnoia tendrá un efecto multiplicador sobre nuestros sentidos.
La realidad es que si esta es una tierra de vinos, también es una tierra de ríos. Mezclar agua y vino no es un experimento gratificante, pero si aprovechamos cada cosa en su momento, podremos disfrutar de un ribeiro excelente, de una gran acogida en las bodegas (algunas dedicadas al turismo rural), de unos paseos entre vides, de balnearios y termas para reponernos de las caminatas. Senderismo por unos hermosos valles, copa de ribeiro y un spa. ¿Pero en serio hay alguna propuesta más interesante?
El patrimonio
Pues en ese aspecto pocas veces se repara en nosotros. Es curioso y nos duele. Habrá fallado el marketing, pero somos la segunda provincia del románico español. Casi nada. Y contamos con unos monasterios espectaculares, como el de San Clodio, Oseira o Melón.
También acogemos recreaciones en unos recintos históricos espectaculares. ¿Sabes desde cuándo Ribadavia está considerada Conjunto Histórico Artístico? Ni más ni menos que desde 1947. Un paseo por sus callejones te hará comprender instantáneamente el porqué de esa distinción. Descubrirás en las paredes símbolos de la judería, degustarás postres sefardís y te contarán la historia de las hermanas Touza, protagonistas de una versión gallega de la lista de Schlinder, que salvaron la vida de centenares de judíos. Si esto te sorprende, también lo hará descubrir en Carballiño el monumento modernista mas importante de Galicia. El templo de Veracruz, obra del brillante Antonio Palacios, autor de un estilo denominado “historicista” que aporta a sus construcciones un sello muy personal.
Nuestro patrimonio es una sorpresa para descubrir paso a paso. Con calma.
La gastronomía local
Esta vez los estereotipos juegan muy a favor. Ya se sabe “lo mal” que se come en Galicia. Pues esta tierra no es una excepción. En Galicia la materia prima es excelente, lo que permite unas preparaciones muy sencillas, que permiten que los sabores sean esenciales, sin enmascaramiento alguno.
¿Dónde está pues la sorpresa en este tema? Pues en nuestro plato estrella. Tenemos unas excelentes patatas, un pan imperial en Cea, unos insuperables pimientos de Arnoia, etcétera, etcétera… pero la estrella es el pulpo.
¡Ya ves, el pulpo es el plato estrella en una zona de interior! Y O Carballiño su capital, con una Fiesta declarada de Interés Internacional que congrega a miles de personas.
El pulpo en una provincia de interior, con un buen aceite de Jaén, un pimentón murciano y sal del Ebro. Este es el plato más representativo de nuestra tierra y de toda Galicia. ¿Increíble, verdad? Otro mito desterrado, otra deliciosa sorpresa.
Mejor que no te lo cuenten
El cangrejo Sebastián ya dejó bien claro en La Sirenita, si quieres algo bien hecho, lo tienes que hacer tú mismo. Pues esa es nuestra recomendación: ven y camina entre nosotros. Practica senderismo en el país de los ríos. Te encontrarás con que mucho de lo que presuponías no era cierto. Con que los reflejos cambian perspectivas y colores. Con que en cada esquina te aguarda lo inesperado.
Descubrirás un territorio antiguo, pero absolutamente nuevo. Descubrirás una pasión. Te vas a enamorar de esta tierra. Avisado estás, querido lector.