Una ruta de ocho miradores para homenajear a la Catedral de Burgos en su VIII Centenario
Hace 800 años que se colocó la primera piedra de la Catedral de Burgos, un icono que se alza inconfundible sobre el perfil de esta histórica ciudad castellana. Ahora, sus visitantes podrán descubrir este Patrimonio Mundial de la Unesco desde una perspectiva única a través de ocho miradores que constituyen una de las rutas estrella de 2021.
Los 8 miradores de la Catedral
El recorrido empieza en el Museo de la Evolución Humana (MEH), donde podemos disfrutar de la esencia de Atapuerca, yacimiento también declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Recomendable la panorámica desde la parte alta del Museo, como también la visita a su interior donde se conservan los fósiles de homínidos e industria lítica originales hallados en la Sierra de Atapuerca. Su novedoso mirador, que se encuentra en el atrio de la entrada y se eleva sobre la ribera del río Arlanzón, ofrece una de las mejores vistas del centro histórico de la ciudad presidida por el inconfundible perfil de la Catedral y, uno de los escenarios de las mejores puestas de sol.
El Teatro Principal señala una de las entradas al paseo del Espolón, donde se encuentra la segunda parada de esta ruta homenaje. Lo mejor es situarse a unos metros del borde de la romántica fuente que preside el entorno y disfrutar del juego de volúmenes que se produce entre la Catedral y el variado arbolado de este paseo que cuenta con alrededor de 230 años de historia. Muy cerca de aquí se encuentra el tercer punto de este mapa: la Plaza Mayor. Aunque a primera vista parece imposible divisar la Catedral entre los porticados edificios que dan forma a su irregular perímetro, basta con alejarse en dirección a la calle del Almirante Bonifaz donde se descubre la impactante panorámica del templo alzándose majestuosa sobre los tejados de la plaza. Para continuar este recorrido hay que dirigirse a la plaza de La Flora para adentrarse en Las Llanas. Aquí, el viajero se sorprenderá con el impactante volumen arquitectónico que cierra este espacio urbano de origen medieval: la capilla del Condestable. Puede que este sea uno de los mejores lugares donde tomar un respiro en esta inagotable ruta, para poder descubrir en los “aledaños” de esta plaza algunas de las calles para degustar la gastronomía burgalesa. Es tradición a la hora del vermú salir de tapas o pinchos y recorrer las calles de San Lorenzo, Avellanos, o Sombrerería, y saborear los cojonudos y las cojonudas, así como encurtidos y platos fusión, regados con buenos vinos de las DDOO burgalesas Ribera del Duero o Arlanza.
Una vez recuperadas las fuerzas, para contemplar la mejor perspectiva de la cabecera del icono monumental de la ciudad hay que subir la escalera que se encuentra en la calle de Fernán González donde se ubica este lugar privilegiado. Lugar de paso de peregrinos durante siglos, la mejor vista de la catedral se encuentra a pocos metros de la Casa del Cubo, hoy albergue municipal.
Para los amantes de la naturaleza, la quinta parada es imprescindible, aunque se encuentra un poco más alejada, en las inmediaciones de la histórica fortaleza del Castillo de Burgos. Desde su mirador se vislumbra la más completa imagen de la Catedral, del entramado urbano de la ciudad y de unos atardeceres inolvidables. Al descender se descubren nuevas e impresionantes panorámicas desde antes de llegar a la fachada de la Iglesia de San Esteban, o desde la plaza de Pozo Seco, y desde el mirador de la plazuela de Felipe de Abajo, ubicada a los pies de la iglesia de San Nicolás desde donde se admira en todo su esplendor la entrada principal de la Catedral.
Casi llegando al final de esta ruta, cruzando el río Arlanzón, se encuentra el puente de Bessón. Aquí las panorámicas del templo catedrático interactúan con la parte de la ciudad más burguesa y decimonónica, desde la vista de la calle de la Asunción hasta la que se contempla tras cruzar el río. Caminando por el paseo de la Merced se llega a la última parada de este recorrido: el puente de Santa María, que da entrada al casco antiguo de la ciudad. La visita a la ciudad de Burgos merece al menos dos días más para poder detenerse en otros dos grandes monumentos: El real Monasterio de las Huelgas y la cartuja de Miraflores, desde los que también se pueden obtener maravillosas instantáneas de la ciudad, además de realizar un recorrido en plena naturaleza para acceder a ellos a través de los parques de la Isla o la Quinta, respectivamente.
Exterior e interior del templo catedralicio también están descritos en este itinerario, a través de 8 localizaciones más en el recorrido por el corazón de la Catedral en los que podremos descubrir un monumento infinito y un paseo al cobijo de millares de detalles escultóricos que analizar y disfrutar.
PARA MÁS INFO:
www.miradorescatedraldeburgos.es