Ubicadas mayoritariamente en la ciudad de Granada, estas viviendas están encajadas en laderas de montañas y tienen las mismas ventajas que un hotel, pero cuentan con un entorno único. Las familias árabes que vivían en Granada utilizaban estas formaciones naturales para conservar el grano y los animales. Cuando llegó la Reconquista, los árabes huyeron de las ciudades y se refugiaron en las cuevas para vivir de la agricultura y el pastoreo. Su particular construcción permite una temperatura media constante donde podrás disfrutar de un verano fresco y un invierno cálido. España tiene una gran oferta de turismo sostenible y las casas cueva de Granada son una prueba de ello. Su óptimo aislamiento térmico produce un ahorro de energía masivo. Además, las cuevas tienen altos niveles de insonorización que evitan la contaminación acústica. El municipio de Guadix y el barrio de El Sacromonte son los lugares granadinos por excelencia para disfrutar de este tipo de alojamientos.
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