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Asturias: una mina de historia y naturaleza

El Principado de Asturias es un paraíso natural. Entre sus joyas más destacadas, las rutas de senderismo por las cuencas mineras que fueron, en su día, motor económico de la región

A la hora de elegir destino, Asturias es siempre una apuesta. El Principado garantiza paisajes de ensueño, una gastronomía excepcional y una interminable lista de lugares de interés, tanto a nivel arquitectónico como en lo referente al patrimonio natural. Desde sus pequeños y encantadores pueblos a sus principales ciudades. Desde sus playas paradisíacas a sus montañas infinitas. Asturias lo tiene todo. Si por algo destaca el Principado es por su oferta destinada a los amantes del senderismo. De Bustio a Castropol, las dos localidades situadas en ambos extremos de la comunidad autónoma (y separadas por apenas 240 kilómetros de distancia), Asturias cuenta con rutas idílicas. Algunas, famosas en el mundo entero. Otras muchas, aún por descubrir por quienes buscan nuevos y estimulantes horizontes.

La zona central de Asturias esconde muchos de esos secretos. Bajo la sombra de Peña Mea, a casi 1.600 metros sobre el nivel del mar, se extiende el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. Un espacio de 132,25 km2 organizado en torno a los valles de las zonas de montaña donde se unen los municipios mineros de la cuenca de los ríos Nalón y Caudal. Un territorio poblado por robles, hayas, castaños y abedules, donde disfrutar de experiencias únicas de turismo activo en la naturaleza, pero también un lugar ideal para descubrir la huella de su historia minera, el carácter siempre abierto y alegre de sus gentes y el arraigo de las tradiciones que aún pervive en sus bellos pueblos y aldeas.

El Paisaje Protegido de Asturias forma parte de la Red Natura 2000 de espacios naturales protegidos de la Unión Europea, y ofrece una amplia red de recorridos para todos los niveles, que permite descubrir su diversidad y riqueza natural y cultural. Uno de ellos es el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras –integrado por las sierras de Navaliego, Longalendo y el cordal de Urbiés, en el valle de Turón–, se trata de un lugar privilegiado en el que la acción de los agentes atmosféricos, especialmente el agua, ha dibujado un singular paisaje repleto de valles y redes fluviales que lo atraviesan y aportan sus caudales al río Turón.

A la elevada riqueza y variedad de ecosistemas se suma un estrecho vínculo con la población humana, de cuyos recursos se ha servido y se sirve para conformar en conjunto un tándem único en la región. Los principales municipios –Mieres, Langreo, Laviana y San Martín del Rey Aurelio– han sido polo de atracción de la industrialización del Principado desde el siglo XIX. Hoy en día, el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras sigue siendo una tierra plagada de historia y de rincones por explorar.

De ruta por el Valle del Nalón

Son muchas y muy variadas las rutas de senderismo que ofrece el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. Entre las más destacadas, todas aquellas que discurren por el Valle del Nalón son un punto de partida imprescindible para el visitante. Los que busquen un paseo agradable y asequible, ideal para toda la familia, lo encontrarán en la conocida como Ruta del Alba, que discurre de manera paralela al recorrido del río del mismo nombre. Un camino que antiguamente empleaban los pastores y arrieros locales, y que hoy en día se ha convertido en una ruta imprescindible

Un pequeño lavadero de la localidad de Soto de Agues constituye el inicio de la ruta, cuyos 14 kilómetros (de ida y vuelta) se completan a lo largo de unas cuatro horas. El tramo más espectacular es el que discurre entre las paredes rocosas de las Foces de Llaímo. Las numerosas cascadas, las pozas de aguas cristalinas y las hayas colgantes de las abruptas paredes rocosas invitan a detenerse y respirar hondo.

No menos recomendable, aunque más corta (unas dos horas) es la Ruta de la Senda de los Molinos, igualmente asumible para todos los públicos, que parte de la localidad de Ciañu, perteneciente al concejo de Langreo, para adentrarse en una ladera muy boscosa, discurrir junto al río Samuño y concluir en el pequeño municipio de El Pumarón.

Quienes, por el contrario, busquen un plan más exigente, disfrutarán de recorridos como la Ruta de Peña Riegos, en el Parque Natural de Redes. Con un importante desnivel de 739 metros y una duración aproximada de 4 horas, parte del minúsculo núcleo poblacional de Valderosa, pertenece al municipio de Sobrescobio, para después encarar la ascensión hasta Peña Riegos. Con una altitud de 1.389 metros sobre el nivel del mar, coronar la cima tiene una recompensa inolvidable: unas magníficas vistas de la Sierra del Sueve.

Camilo Alonso
La vía verde del valle de Turón

Conocer en profundidad el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras implica, sí o sí, adentrarse en su impresionante patrimonio industrial. Y para ello, nada como el Valle de Turón, que invita al visitante a viajar en un paraje que parece haberse detenido en el tiempo.

La vía verde del valle de Turón avanza desde el apartadero de Reicastro hasta la Güeria d’Urbiés. En total, algo más de 10 kilómetros de recorrido ideales para ir tanto a pie como en bicicleta, y que conectan entre sí antiguas instalaciones de producción minera.

La mera contemplación de estos lugares invita a imaginar cómo era la vida aquí hace no tanto tiempo. De hecho, son varias las instalaciones mineras que se encuentran en un impecable estado de conservación, y algunas pueden incluso ser visitadas para ponerse en la piel de los mineros. Mención especial para pozos como los de San Inocencio, San Vicente, San José, Santa Bárbara o el pozu Espinos, coronado por su icónica torre de extracción. Y junto a las instalaciones, entre los frondosos bosques formados por robles y castaños, se dibujan las aldeas que dieron cobijo a los trabajadores, muchas de ellas hoy vacías.

Los lagos de la cuenca minera

Hablar del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras es hacerlo de espectaculares montañas, pero también de lagos. Y para descubrir los más singulares de la zona, pocas opciones más apropiados que Braña del Río, localidad del concejo de Langreo y perteneciente a la parroquia de Tuilla/Tiuya.

La ruta arranca con un recorrido ascendente que conduce hasta el Mirador del Peruano. Una atalaya privilegiada desde la que se observa una abrumadora panorámica de los principales valles de la Asturias central. También, un punto ideal para observar todo el entorno de la cuenca minera asturiana, así como el valle de Siero, con Peña Careses al fondo.

Desde allí, y tras bordear lo que fue en su día una mina a cielo abierto –hoy más similar a cualquier otra montaña gracias a los trabajos de reforestación–, comienza un suave descenso que lleva hasta las lagunas de Braña del Río. Tres lagos artificiales, resultado de la actividad industrial, que hoy conforman una zona forestal protegida. Una muestra perfecta del equilibrio entre pasado y presente. Entre los ecos de la actividad humana y el entorno natural que, como siempre en Asturias, se acaba abriendo paso para el disfrute del visitante.

Pelayo Lacazette

Para más información: www.turismoasturias.es