Seas o no religioso, está claro que vivir esta experiencia es algo único. Un viaje lleno de historia de la religión, y es que pasear por sus calles supone recibir un aluvión continuo de estímulos: oír la llamada a la oración musulmana, contemplar cómo los judíos llevan a cabo sus oraciones frente al Muro de las Lamentaciones o ser testigo de los continuos viacrucis que rememoran las últimas horas de Jesucristo por los escenarios reales te permitirán descubrir la esencia de una de las ciudades más fascinantes del planeta.
El Domingo de Ramos comienzan la Semana Santa con una procesión que va desde el monte de los Olivos hasta el casco histórico. El Jueves Santo celebran la eucaristía en el Santo Sepulcro y la peregrinación al Cenáculo en el monte de Sión, a la que siguen la meditación en el huerto de Getsemaní y una procesión a la Iglesia de San Pedro. los días posteriores, viernes y sábado hay más actos, hasta el Domingo de Resurrección se lee el Evangelio en varios idiomas, y el Lunes de Pascua se peregrina a Emaús.
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