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Lugares fascinantes donde disfrutar del turismo astronómico

Cada vez son más quienes se apuntan al turismo astronómico y viajan a lugares en los que resulta más fácil contemplar el ritual nocturno de las estrellas rotando sobre nuestras cabezas. Mientras aumentan las asociaciones de astroturismo y astrofotografía, proliferan encuentros y viajes con el único objetivo de contemplar in situ fenómenos como los eclipses o las auroras boreales.

A continuación, una ruta por observatorios de todo el mundo para conocer las llamadas reservas de cielos oscuros, lugares de extraordinaria visibilidad donde fundirse con el firmamento.

  1. Uluru o Ayers Rock (Australia)

Esta roca roja de tres kilómetros y medio de longitud en mitad del desierto es uno de los monumentos naturales más inconfundibles y venerados de Australia. Ubicado en el llamado outback, el extenso y desconocido corazón del país, este monolito sagrado para los aborígenes queda lejos de cualquier gran urbe —Alice Springs, la más cercana, está a unas cinco horas de travesía en coche—, lo que permite contemplar un cielo estrellado magnífico. Visitar de noche Uluru, también conocido como Ayers Rock, es una experiencia única: hay circuitos guiados de astronomía que incluyen una sesión de observación de estrellas. Una pista para los enamorados de los fenómenos astrofísicos, en 2028 se podrá contemplar desde aquí un eclipse solar, aunque no en su totalidad, por lo que se recomienda viajar un poco más al noreste de Australia donde si se verá completo.

2. Salar de Uyuni (Bolivia)

En lo alto de las montañas, cerca de las cumbres andinas de Bolivia, varios lagos prehistóricos forman el salar de Uyuni, las salinas más grandes del mundo, y, debido a su espectacularidad, también una de las imágenes más populares y recurrentes en las cuentas viajeras de Instagram. Cada vez hay más oportunidades para recorrer este salar de noche y disfrutar de su cielo estrellado y su amplio horizonte. Al tratarse de una zona prácticamente sin urbanizar, los cielos son realmente oscuros. Y la planicie propia de las salinas hace que la luz en ellas viaje lejos, por lo que, una vez se llega al punto de observación, hay que dar tiempo a los ojos para que se adapten.

Hay operadores que ofrecen itinerarios especializados en la observación de las estrellas, con circuitos de entre dos y seis horas que combinan la contemplación del amanecer o el anochecer con una sesión de observación de estrellas. Se pueden descubrir lluvias de estrellas, planetas, la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes, las dos galaxias enanas que hasta hace bien poco se pensaba que orbitaban en torno a la nuestra.

3. Parque Nacional Lençóis Maranhenses (Brasil)

Este espacio natural es un mar de arena en la costa nororiental de Brasil y uno de los parques nacionales más llamativos del país. Sus más de 1.500 kilómetros cuadrados de dunas recuerdan a un enorme páramo, aunque reciben casi cinco veces más lluvia que un desierto corriente.

Debido a su danza anual de viento, agua y arena, el parque no está muy urbanizado, y esto ha contribuido a conservar intacto su cielo nocturno y facilitar la observación de estrellas. El parque está a solo dos grados y medio al sur de la línea del ecuador, por lo que la visión del cielo nocturno incluye tanto las constelaciones del hemisferio sur como las del norte.

4. Parque Nacional de Hortobágy (Hungría)

Constituido como el primer parque nacional del país, el Hortobágy reserva desde 2011 una parte de su superficie para la contemplación del cielo oscuro. Entre las muchas medidas adoptadas se ha hecho lo posible por actualizar la iluminación de las poblaciones cercanas para dismunir su impacto. Además, el parque es hogar de una interesante fauna, como lobos, caballos salvajes y chacales, y también es una habitual parada de las aves migratorias. De noche, el parque ofrece varias actividades astronómicas, que incluyen caminatas, charlas sobre astronomía y el Fecskeház” Youth Hostel and Field Study Centre, un albergue y centro de estudios que incluye un observatorio y un programa de observaciones guiadas en noches despejadas.

5. El Parque estrellado de Zselic (Hungría)

A dos horas de Budapest, hacia la frontera con Croacia, el parque estrellado Zselic es uno de los mejores de Europa Oriental para ver estrellas. Fue una de las primeras áreas de cielo oscuro del continente (desde 2009) y ofrece unos magníficos cielos nocturnos vírgenes. Además de un observatorio con telescopios, tiene un planetario para todas las edades, una exposición sobre astronomía y naturaleza, una colección de meteoritos y un mirador de cinco plantas para acercarse aún más a las estrellas. Los fines de semana hay programas de observación nocturna. Zselic, además, brinda la oportunidad de ver el fenómeno de la luz zodiacal, una luz tenue y alargada que se cree es el reflejo de la luz solar en las partículas de hielo y polvo en el plano del sistema solar, y que casi siempre se ve en primavera y verano.