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Los bosques más bonitos del mundo para disfrutar de los colores del otoño

Adentrarse en la espesura de un bosque es impregnar a nuestros sentidos de la mezcla de colores, aromas y sonidos que emanan estos ecosistemas llenos de vida.

Además de sus fantásticos bosques, el parque nacional de Erawan tiene muchos otros atractivos naturales. Entre todos ellos, la atracción estrella, sin lugar a dudas, son las cascadas de Erawan.

Selva de Tailandia
Salir de Bangkok, la capital tailandesa, y dirigirse hacia la provincia de Kanchanburi, 120 kilómetros al oeste, equivale a penetrar en un paraíso de bosques caducifolios y murmullos de agua. De los siete parques nacionales de Kanchanburi, el de Erawan es sin duda el más espectaular. El 80% de su superficie está tapizada de árboles que en otoño mudan el color de sus hojas del verde al oro. En medio de esta espesura, la cascada Erawan vuelca sus aguas en un lago esmeralda. Ardillas voladoras, monos y numerosas aves habitan este idílico rincón de Tailandia.

El bosque de Brocelianda es un bosque mítico francés situado en el departamento de Ille y Vilaine, en la región de Bretaña, y a unos 30 km al suroeste de Rennes.

El bosque de Broceliande, Bretaña-Francia
El «espejo de las hadas», la «roca de los falsos amantes» y el «árbol de oro» parecen lugares imaginarios y, sin embargo, existen en el bosque de Paimpont, más conocido como de Broceliande. La leyenda del mago Merlín reside en cada árbol, arroyo y piedra de esta área forestal de 7.000 hectáreas situada a 30 kilómetros de Rennes, en el corazón de Bretaña.
El lugar lleva habitado más de 5.000 años, desde el neolítico, como demuestran los numerosos menhires dispersos por la zona. Uno de ellos ha acabado siendo considerado la tumba de Merlín, el lugar donde el hada Viviene encantó a su amado mago para que no abandonara nunca Broceliande. El castillo de Comper, que según se cuenta fue la residencia del padre de Viviene, hoy es la sede del Centro Arturiano, una institución dedicada a divulgar las leyendas artúricas y también el valor natural de estos bosques. Las excursiones guiadas conducen entre rocas cubiertas de musgo y hojarasca hasta árboles históricos, como el roble de Guillotin (en Concoret), de casi 1.000 años y 9,65 metros de circunferencia.

La secuoya gigante es el organismo vegetal más grande del mundo en términos de suma del volumen. Crecen a una altura media de entre 50 a 85 m y de 5 a 7 m de diámetro. … La secuoya gigante, conocida y más vieja con 3.200 años, se calculó su edad, con el recuento de sus anillos de crecimiento.

Giant Forest, California
En el área de Kings Canyon y dentro del bosque Grant Grove vive otra secuoya gigante: el General Grant, de 81 metros de alto. Sobre estos ejemplares colosales se puede aprender mucho en el Giant Forest Museum, una hora al norte de la entrada de Ash Mountain. Por otra parte los centros de visitantes de Foothills, Lodgepole y Kings Canyon cuentan también con excelentes exposiciones sobre fauna y flora. Sequoia & Kings Canyon suele formar parte del viaje que desde la ciudad de San Francisco visita el Parque Nacional Yosemite y el monte Whitney, de 4.418 metros.

El parque cuenta con una red de senderos e incluye valles glaciares, bosques de araucarias y lagos como el Conguillío.

Araucanía, Chile
La araucaria, la conífera que da nombre a toda una región en Chile, caracteriza el paisaje del Parque Nacional de Conguillío, emplazado 800 kilómetros al sur de Santiago. Una red de senderos cruza los bosques en torno al gran lago Conguillío y se acerca hasta la base del volcán Llaima, cuya última erupción fue en enero de 2008. Las rutas guiadas ayudan a observar algunos de los animales más singulares del parque, como la güiña o gato colorado, el cisne de cuello negro, la lagartija café de rayas, el sapo de papilas y el tollo de agua dulce. Además de trekkings, también se hacen excursiones en barco por el lago. Se accede al parque por carretera desde la localidad de Temuco, capital de la provincia de Cautín, a 150 kilómetros.

Este bosque de robles y hayas centenarios es especialmente bello en primavera, cuando el suelo se cubre de jacintos violetas produciendo una estampa irrepetible.

Savernake Forest, la campiña inglesa
El bullicio de las calles londinenses parece un sueño lejano cuando uno se sienta bajo la cúpula dorada de Savernake Forest, en el condado de Wiltshire y cerca de la ciudad de Marlborough. Aquí el rey Enrique VIII conoció durante una de sus salidas de caza a Jane Seymur, madre de su único hijo, Eduardo VI. Este bosque de robles y hayas centenarios –2.600 y 2.400, respectivamente, de entre 400 y 600 años– apenas ha cambiado de aspecto desde aquellos tiempos y sus 1.100 hectáreas son ahora consideradas un lugar de especial interés científico por su excelente conservación. En primavera el suelo queda cubierto por el violeta de los jacintos, mientras que en otoño las hojas caídas forman un manto de tonos ocres.

El bambú, un recurso renovable, es la planta que más rápido crece en el mundo. Algunas de sus especies pueden llegar a crecer 1,20 metros en un período de 24 horas, además se regenera por completo después de ser cortado en un plazo de 6 meses, mientras que un árbol normal tardaría de 30 a 50 años.

Bambús de Sagano, Japón
El bosque de bambú de Sagano, en el distrito de Arashiyama, despliega en otoño una amplia gama de colores que convierten en una delicia pasear a pie o en bicicleta entre bambús de 50 especies y hasta 20 metros de altura. La luz produce efectos distintos según avanza el día, mientras que de noche, los senderos iluminados parecen adentrarse en un escenario mágico donde el viento silba viejas melodías. Antiguo lugar de retiro de la nobleza japonesa, el parque contiene, además, el templo budista Tenryuji (siglo XV), declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994.

Bosque del Parque Nacional kahurangi, Nueva Zelanda
La localidad de Karamea es, con solo 650 habitantes y asomada al mar de Tasmania, uno de los rincones más remotos de Nueva Zelanda.
Uno de sus grandes atractivos es el Heaphy Track, el sendero de largo recorrido que se adentra en el Parque Nacional Kahurangi –el segundo más grande del país– a lo largo de 78,4 kilómetros, donde transitar por un exuberante bosque pluvial, pastizales subalpinos, montañas altas y escarpadas y, por último, un bosque bajo y playas bordeadas por palmeras.. El Heaphy Track fue abierto en 1860 por los buscadores de oro como vía de comunicación con el mar, pero ya hacía siglos que los maoríes se adentraban por esta senda en busca de pounamu, una variedad de jade con el que elaboraban desde herramientas y armas hasta delicados ornamentos.

Los bosques eran tan densos que la luz a penas llegaba al suelo, dándole un aspecto oscuro y tenebroso, por eso decidieron llamarlo LA SELVA NEGRA. En otoño la selva no es tan negra, da paso a los colores anaranjados y rojizos

Selva Negra, Alemania
Más de 6.000 km² de bosques de abetos, verdes prados, pintorescas granjas, casas de cuento con sus fachadas entramadas, enormes relojes de cuco, tarta de cerezas, lagos glaciares, grandes y pequeñas cascadas… y así hasta un sin fin de maravillas. Es la Selva Negra, cuyo nombre no hace honor a la variedad cromática que la cubre a lo largo de todo el año: del verde intenso veraniego a los ocres otoñales y al blanco del invierno. Cerca de 6.000 kilómetros cuadrados de abetales se extienden entre las ciudades de Friburgo y Basilea, en el estado de Baden-Wurtemberg. Es la Selva Negra, Privilegiada conjunción de bosque y agua, recorrer la Selva Negra es un continuo descubrir de embalses, lagos –los más conocidos son el Titisee y el Schluchsee– y poblaciones termales que aún respiran el aire aristocrático del siglo XIX.

El Lago Kaindy es un lago de 400 metros de largo en Kazajistán con una profundidad máxima de 30 m en algunas áreas.

Bosque sumergido en el lago Kaindy, Kazajistán
En el lago Kaindy de Kazajistan se encuentra un bosque sumergido. Este fenómeno se formó cuando la tierra que deslizó un terremoto bloqueó la garganta donde estaba el bosque, produciendo así un dique natural. Al encontrarse a 2.000 metros por encima del nivel del mar, el agua del lago está tan fría que ha preservado intactas las ramas de los árboles ¡por debajo del agua!