Pero no todo es naturaleza en este pequeño diamante del Atlántico, Su gastronomía, su patrimonio, sus fiestas y su “día-a-día” han hecho de ella un rincón en el que refugiarse para todos aquellos que deseen descubrir, conocer, disfrutar e integrarse en un lugar. Un lugar para ir sin prisas y lleno de tanta energía que te encandilará desde el preciso instante en el que pongas un pie en su territorio. Un lugar que te hará sentir algo muy especial: el Efecto La Palma.
Experiencias en La Palma Camina en la naturaleza
Simplemente caminar. Bien sea por bosques de laurisilva, bien sea por volcanes, bien sea por pinares. Camina, recorre, toca, siéntate y descansa. Disfruta de una naturaleza privilegiada y única. Admira la flora y la fauna de la isla. Establece un diálogo con la naturaleza.
Come y bebe
Integrarte en un lugar, conectar con él y entrar a formar parte del mismo, pasa necesariamente por disfrutar de su gastronomía. ¡Comamos “a la palmera”!¡Descubramos lo que significa “Saborea La Palma”! De entrantes: queso asado con mojo y chicharrones. De primero, sopa de picadillo o de garbanzos o potaje de trigo. De segundo, papas arrugadas con carne de cochino o costillas de mojo, papas y piñas o pescado (viejas, alfonsiños, morenas…) con papas arrugadas y mojo verde. De postre, Bienmesabe, Príncipe Alberto o quesillo. Para acompañar todo esto, el líquido elemento ideal para brindar: el vino (tu eliges: tinto o blanco). Y para rematar, un barranquito con todo (café con leche natural, leche condensada, un trozo de cáscara de limón, un chorrito de licor y un poco de canela).
Compra artesanía y gastronomía de la isla
Tu experiencia no acaba en los confines de La Palma. Puedes llevarte un trocito de la isla para ésta perdure. Artículos de seda, de madera; puros artesanales hechos a mano; cestos; bordados… Además de queso, vino, dulces… son algunos de los artículos tradicionales que puedes llevarte contigo. Ya comprarlos es una experiencia en sí al establecer contacto con quien lo elabora o cultiva, contándote toda la historia del mismo.
Escucha la historia de la isla
Visitar un museo en La Palma no es llegar, ver y una vueltita, 4 fotos y ya está. Es escuchar a las hilanderas de la seda explicándote el amor que le ponen a lo que hacen. Es ver un secadero de hojas de tabaco para, posteriormente, convertirse en puros palmeros. Es recorrer un tubo volcánico mientras recreas en tu mente la colada de lava corriendo por él. O es imaginar a un benahoarita haciendo un petroglifo en una roca.
Siéntate en una plaza
La Palma cuenta con acogedoras y bonitas plazas como la de España en Los Llanos de Aridane y Santa Cruz de La Palma, la Placeta en la capital o la Plaza de la Alameda, la plaza Chica en Los Llanos de Aridane donde sentarse un rato y disfrutar de lo que vemos es un placer, una forma de conectar con la isla y dejar que su efecto entre en ti. Tomar ese café que tanto te gusta, escribir ese mensaje a esa persona compartiendo ese momento, sacarte ese bonito selfie, cerrar los ojos y escuchar lo que la sociedad transmite, lo que se habla, lo que se opina, se comenta…
Pasea por centros urbanos
Pasear relajadamente. Mirar ora a la derecha, ora a la izquierda. Empaparte de la historia de la isla y recibir el mensaje que esos muros tradicionales te envían. El patrimonio palmero es rico en ejemplares artísticos, arquitectónicos, históricos valiosos que no debes dejar de admirar.
Un paseo por las calles del casco histórico de Tazacorte o un paseo por la mítica Calle Real de Santa Cruz de la Palma, parando para admirar edificios emblemáticos como la Casa Salazar, son algunas buenas opciones.
Retrata el momento, la sensación, la vivencia
Recoge ese momento, esa vivencia, esa experiencia, esa sensación que has tenido en un momento puntual en la isla de La Palma. Fotografía, graba en vídeo todo aquello que tu retina, tu nariz, tus manos, tu paladar o tu oído han percibido. Una naturaleza sin parangón, una diversidad paisajística pintoresca, una gastronomía sobresaliente, un patrimonio exclusivo… te servirán de modelos.
Conduce con calma… tranquilo… olvídate del mapa
Recorrer la isla en coche es también una bonita experiencia. No… no… aquí no conocemos lo que es un atasco, pasar horas buscando aparcamiento, mucho tráfico… En La Palma, hay que conducir como los propios isleños hacen: tranquilo, relajado, feliz. Disfrutando del paisaje, de lo que ves. Párate donde quieras, estira las piernas, sal del coche… Déjate llevar.
Para más información: http://www.visitlapalma.es