
Floracion del Endrinal Heraldo de la Primavera
Llega la primavera con la más puntual de las floraciones
Desde principios de marzo los endrinos van preparándose para una ocasión especial: señalar el inicio de la primavera. Es el apasionado amante que siempre llega puntual a la cita con su amada, e independientemente de cualquier circunstancia, llueva, nieve, hiele o granice, como como si desde siempre hubiera estado sincronizado con un reloj universal, es fiel a la cita… y florece.
Lo hace con una exquisita delicadeza, ofreciendo al mundo una flor sutil de pura blancura, porcelánica, de frágiles pétalos y sencilla belleza. Así, viste sus ramas espinosas desnudas de ropajes con densas guirnaldas de flores de cerosa albura. Es su momento estelar, su canto del cisne, efímero pero espectacular.
Y todo el año, esta planta, madre protectora de los bosques, barrera viviente, reina de las bardas, acoge en su seno criaturas que sin su existencia estarían desvalidas. ¿Qué sería de los campos sin el canto del ruiseñor, la música sublime que surge de su interior?
Pariente salvaje de cerezos, ciruelos, albaricoques, melocotoneros y almendros, si no fuera por sus hermosas flores o sus aromáticos frutos, pasaríamos junto a su negra, rústica y tosca presencia sin reparar en su grandeza. Y es que como se cita en el Quijote “no ha de ser oro cuanto reluce”, refiriéndose al engaño de las apariencias. En este caso es todo lo contario, aquello que posee una apariencia oscura, tenebrosa y punzante, resulta ser todo un compendio de virtudes. Sin sus pigmentos, algunos códices no se habrían escrito; el personaje de Doña Endrina, del libro del Buen Amor, no habría existido; mangos de hachas, azadas, rastrillos y bastones no habrían tenido la misma robustez, incluso el contundente bastón irlandés, el shillelagh, tampoco habría tenido la misma eficacia. De sus frutos se alimentan valiosas especies frugivoras y con ellos hace uno de los licores más conocidos de nuestro país: el pacharán. También se obtiene el vino de arándanos alemán Schlehenwein y el Schlehenlikör, los noruegos sloe vin, la trnkovica de Eslovaquia y el eau-de-vie luxemburgeoise. En Inglaterra se hace la sloe-gin, el licor de prunelle, En Italia el bargnolino o prunella y, en Eslovenia, el gin iz trnulj.
Seguiremos hablando de esta especie vegetal in situ para intentar desvelar buena parte de sus secretos.
Caminaremos entre las frondosas bardas que los espinos han formado en las dehesas de Guadarrama. Un recorrido paisajístico, geobotánico y etnobotánico para descubrir los bellos rincones que ofrece la floración de este pruno, auténtico anunciador agrofenológico de la llegada de la primavera. La blancura del endrino florecido constituía un indicador de primer orden, tanto para comprobar la germinación del cereal como para planificar la siega, y actualmente, una importante referencia del cambio climático.
Si bien el valle del Jerte es famoso por sus miles de cerezos, esta especie silvestre, Prunus spinosa, antecesor de los prunos domesticados, no es menos vistosa ni valiosa y, sin duda, mucho menos conocida. Por eso, nuestro objetivo será descubrir el madrileño reducto silvestre de las castizas laderas de los prunos, donde disfrutaremos de una hermosa sucesión de rincones fotográficos, e interpretaremos y profundiaremos en esta especie vegetal, una gran desconocida.
SALIDA ATOCHA/MONCLOA/C.UNIVERSITARIA
