Poseedora de las grandes referencias universales del turismo, Andalucía es un rosario de lugares mágicos y monumentos, llenos de la historia que alimentan ocho siglos de mestizaje cultural. Esta es una invitación a que descubras algunos de ellos, combinando herencias naturales y culturales, por el Sur de España.
Para empezar, a poco de Córdoba conservan unas de las ruinas más preciosas de nuestro país, en Medina Azahara, Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO desde 2018. Al pie del llamado monte de la Desposada se encuentran las ruinas del Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Su construcción, iniciada en el año 936, se debe al primer califa de Al-Andalus, Abderramán III, en honor a su favorita Al Zahra. La Muralla, la Casa de los Visires, los restos de la Mezquita Aljama y los Jardines se abren hoy al visitante en un itinerario que transporta hasta lo que un día fue el monumento islámico más bello de Al-Andalus. Los detalles de los ornamentos de los muros del Salón Rico, en Medina Azahara, ciudad soñada de Abderramán III es exactamente eso, una joya que llena de curiosidad. Esta maravilla es una inmersión en las leyendas hecha realidad. Algo así ocurre con tantos otros rincones de Andalucía. Conociendo historias se agranda muchísimo el valor que emana de los paisajes, de los monumentos y de la gente que los transita cada día.
El Parque Nacional Doñana es prima dona de la naturaleza andaluza. Es un complejo mosaico de paisajes que se derraman formando un horizonte llano, limpio, un paraíso para las aves en el humedal más importante de todo el continente europeo.
A caballo entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, Doñana es hoy un laberinto de tierra y agua que da forma a marismas, lagunas y caños, cotos y pinares, vetas y veras, dunas, playas y acantilados, ¡un paisaje espectacular! Bonanza, Gallega, Ribetehilos o El Lucio del Cangrejo son claros exponentes de los complejos lagunares que dominan un espacio natural que da cobijo a miles de aves.

Entre los variopintos paisajes que también forman Doñana, destacan el sistema de dunas en movimiento que discurre entre Matalascañas y la desembocadura del Guadalquivir, más de 25 kilómetros de playa virgen y arenas blancas; la duna fósil del Asperillo, con más de 30 metros de altura; o, ya en la playa, el acantilado del Asperillo, un espectacular cortado formado por areniscas entre naranja y ocre debido a las aguas ricas en óxido de hierro que manan por los llamados chorritos de la pared.
Digna de ver es la Laguna de Fuente de Piedra, en la Málaga interior, que es Reserva Natural, se extiende entre campos de olivo y cereal a lo largo de seis kilómetros de longitud y casi 1.400 hectáreas de extensión. Éstas dimensiones la convierten en el mayor humedal interior de Andalucía y uno de los más grandes de España.
Esta laguna, de aguas salinas y someras, es reconocida internacionalmente por acoger la mayor colonia de flamencos comunes de la Península Ibérica y la segunda en importancia de Europa. Ha llegado a registrar 20.000 parejas reproductoras de flamencos, siendo la primavera, la mejor época para observarlos, especialmente a primeras horas de la mañana. El anillamiento de estas aves congrega cada año a numerosos participantes que colaboran en esta actividad científica.
Y cuando la belleza está en el interior, con una extensión total de poco más de 2.100 metros de recorrido de lo que sólo 1.200 son transitables al público, la Gruta de las Maravillas representa una de los grandes tesoros que Andalucía guarda bajo tierra que desde 1914 está abierto al público. La gruta se encuentra en pleno centro del pueblo de Aracena. Entre casitas encaladas y calles empedradas, una puerta con verja forjada, guarda uno de los tesoros más valiosos de la naturaleza.
Nadie sospecharía que tras esa puerta se encuentra un mundo mágico al que acceder tras bajar una pequeña escalera que lleva a una serie de galerías que guían hasta un mundo repleto de formas y rincones que sólo inspiran fantasía.

Y de nuevo en el exterior, en el corazón de Huelva, La Sierra de Aracena es una escapada ideal porque a su valor natural se le añade que en la ruta está Jabugo… Ubicado en el extremo occidental de Sierra Morena y al norte de la provincia de Huelva, el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche se caracteriza por poseer una extensa masa forestal, una alta pluviosidad, un clima suave y un patrimonio natural y cultural que despierta la curiosidad y el interés del visitante. Recorrer sus pueblos y disfrutar de su interesante patrimonio es una cita ineludible para el visitante del parque. Se pueden visitar el conjunto monumental de Almonaster la Real, compuesto por el castillo, la iglesia y la mezquita, el castillo de Cortegana, uno de los mejores conservados de la zona o la fortaleza de Sancho IV en Cumbres Mayores. Otra posibilidad es adentrarse en la Gruta de las Maravillas en Aracena o visitar la Peña de Arias Montano en Alájar, que constituyen dos reclamos de indudable interés natural.
Los hitos son un gran reclamo, también para el turismo discreto, responsable o sostenible. Como el de la Laguna de Fuente de Piedra, son un hito las casascueva en la Hoya de Guadix, los paisajes marcianos de Río Tinto, las bodegas históricas de Jerez y El Puerto de Santa María. Como es hito Itálica, la huella romana de Hispalis cuyo expolio desde la antigüedad decora tantas casas palaciegas de Sevilla, como una continuación del museo en Santiponce. Y también es hito la playa de Arenas Gordas, donde debió de rodar Leopoldo Pomés su anuncio legendario de Terry, con aquella chica rubia galopando a caballo blanco chiscando por la orilla interminable, donde hoy, como desde hace milenios, sólo hay olas, silencio y gaviotas y chorlitejos.
Y de Matalascañas hacia Huelva, la costa virgen de Mazagón te permite vivir momentos muy especiales.
Y Andalucía también es paisaje de contrastes. Como así lo atestiguan los paisajes de Granada entre la costa de la caña de azúcar y los mangos y las nieves del Mulhacén con vistas a Marruecos. O quién imagina que en media hora en Jaén puede pasar de las colinas resecas del olivar a la angosta garganta del río Borosa que en primavera es un torrente de cascadas cristalinas recogiendo el deshielo de media sierra de Cazorla, nacimiento del Guadalquivir.
La estampa de las grandes paredes de roca las tenemos en Cazorla o como en el Tajo de Ronda o el también malagueño Desfiladero de los Gaitanes y su vertiginosa pasarela del Caminito del Rey, que es un ejemplo mundial de infraestructura de montaña.
ANDALUCÍA, TUS RAÍCES
Destacar esta iniciativa de Andalucía centrada en productos turísticos enmarcados en el turismo ancestral o de raíces que aunque está presente de forma transversal en gran parte de la oferta de este magno territorio se le dota de mayor protagonismo mediante esta especialización.
Los vínculos culturales se centran en ampliar el conocimiento de Andalucía y su patrimonio tangible e intangible, como vínculo con otras culturas y pueblos que han pasado por su territorio y han forjado la historia, costumbres y monumentos de esta región.
En este sentido tienen cabida especialmente el turismo andalusí, el sefardí, el iberoamericano y el de los andaluces que por cualquier motivo emigraron y sus descendientes. Un turismo basado en sentimientos, lazos históricos y familiares que unen regiones, países y culturas, y en el caso de Andalucía se extienden por numerosas latitudes del globo.
TURISMO ACTIVO
Andalucía es dueña de tantos escenarios que invitan a ser descubiertos, para ello un buen aliado es el turismo activo: astronomía, espeleología, rutas a caballo, escalada, observación de aves… Rutas en bici, a pie o a caballo nos adentrarán en territorios cargados de riquezas culturales, naturales y gastronómicas.

Los espacios naturales andaluces disponen en la actualidad de 351 senderos señalizados con más de 1.500 kilómetros de recorrido y trece carriles cicloturísticos.
Destacar la Vía Verde del Aceite que nos permite recorrer 128 kilómetros, siendo la Vía Verde más larga de Andalucía. Su recorrido entre un mar de olivos, está lleno de viaductos, túneles, antiguas estaciones de tren (muchas de ellas hoy convertidas en restaurantes y zonas de ocio), a lo largo de la vía podemos disfrutar también de importantes enclaves naturales como algún humedal del sur de Córdoba o el Geoparque Natural de las Sierras Subbéticas; así como la riqueza cultural de los pueblos por los que discurre.
En definitiva, Andalucía tiene tanto que vivir, que es toda una vida de viajes.
PARA MÁS INFORMACIÓN: http://www.andalucia.org